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Lo considera artífice de la creación de un ecosistema de innovación tecnológica en Málaga basado en la sinergia entre Málaga TechPark y la UMA
Felipe Romera Lubias ya es doctor honoris causa de la Universidad de Málaga. Se trata del primer doctorando propuesto por la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación, que reconoce en este soriano afincado en Málaga desde hace más de 40 años el gran mérito de ser “el creador de un ecosistema de innovación tecnológica en la ciudad basado en la sinergia entre el Parque Tecnológico de Andalucía y la UMA”.
Así lo ha anunciado el que fuera el primer director de la ETSI de Telecomunicación, el catedrático Carlos Camacho, en la laudatio que ha pronunciado como padrino de Romera en el Paraninfo Universitario, que ha albergado una ceremonia de investidura a la que han asistido numerosos representantes de la Málaga empresarial, tecnológica, política, académica y social.
El acto ha estado presidido por el rector de la Universidad de Málaga, José Ángel Narváez, acompañado en la procesión por dos rectores andaluces –el presidente de la CRUE y rector de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos y la rectora de Granada, Pilar Aranda; la ex rectora de la UMA, Adelaida de la Calle; el director actual de la Escuela, Rafael Godoy; el autor de la propuesta de doctor honoris causa, José Tomás Estrambasaguas, y Carlos Camacho, el padrino del doctorando.
Proyección espectacular del PTA
Felipe Romera es el director general de lo que hoy se denomina Málaga TechPark, entidad que preside desde 1992, cuando el entonces Parque Tecnológico de Andalucía -una rara avis en España en ese momento- se creó con ocho empresas y 130 trabajadores. Solo seis años después la tecnópolis creció hasta tener 100 empresas, 1.700 empleados y 200 millones de euros de facturación. La evolución del PTA ha sido espectacular y hoy su facturación supera los 2.300 millones de euros y los 22.000 trabajadores, contando con más de 600 empresas.
Según ha detallado Carlos Camacho en su laudatio, fue en los años 90 cuando Málaga TechPark fue considerado un modelo de gestión en España. En ese tiempo, Felipe Romera empieza a ser reconocido en el mundo como experto en procesos de transferencia y difusión de tecnología. Prueba de ello es que consigue que se instalen en Málaga TechPark la sede mundial de la Asociación Internacional de Parques Tecnológicos (IASP) y la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE), entidad que preside actualmente.
Ingeniero de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid, en sus inicios trabajó en los centros de investigación de Ericsson de Madrid y Estocolmo. En 1978 llegó a Málaga, para incorporarse al recién creado departamento de investigación y desarrollo de SECOINSA, donde trabajó en el desarrollo de sistemas operativos en tiempo real y en el software de comunicaciones para las entonces nacientes redes de ordenadores.
SECOINSA se convirtió en Fujitsu España y su centro de I+D en Málaga, bajo la dirección de Romera, desarrolló en los años 80 sistemas de tecnología puntera a nivel mundial, como las grandes centrales de conmutación de paquetes para las redes de datos de Telefónica, módems telefónicos con tecnología avanzada de procesado de señal o los primeros ordenadores multiprocesador con sistema operativo UNIX que se desarrollaron en España.
En 1990 recibió el encargo de crear y gestionar el PTA, trabajo que simultaneó con la dirección del I+D de Fujitsu. Treinta años después, en la ceremonia de su investidura como doctor honoris causa de la Universidad de Málaga, se le reconocen sus logros y su empeño por contribuir en la proyección de la UMA.
Málaga TechPark-UMA/UMA-Málaga TechPark
Según ha manifestado su padrino, “no se puede entender el éxito de Málaga TechPark sin la contribución de la UMA, del mismo modo que no es posible entender el posicionamiento actual de la UMA sin Málaga TechPark. Son dos proyectos que crecieron juntos y que se han transformado en realidades que despiertan el interés y la admiración de otras universidades y parques tecnológicos”.
Como ejemplos, “los proyectos de investigación de la UMA en colaboración con Cetecom-AT4 Wireless, Nokia Ericsson… Sin la UMA, posiblemente no estarían ubicadas en Málaga TechPark multinacionales como Keysight Technologies, Dekra o Ericsson, por citar algunas del sector de las telecomunicaciones”, ha continuado explicando Carlos Camacho, quien también ha recordado el importante número de alumnos de la Universidad que trabajan en el Parque o el elemento desarrollador que supone el edificio de El Rayo Verde, “elemento clave en la transferencia de tecnología que posiciona a la UMA como ejemplo de relaciones entre el mundo académico y el empresarial, además de como universidad emprendedora ligada a la innovación abierta”.
Por todo ello, el padrino resume en tres las aportaciones fundamentales de Romera:
⦁ La creación de un ecosistema de innovación tecnológica basado en la sinergia entre el PTA y la UMA
⦁ El desarrollo de diferentes modelos de innovación tecnológica que han sido exportados a otras localizaciones y que han sido reconocidos internacionalmente
⦁ La proyección internacional de la UMA por medio de sus numerosas publicaciones y actividades de divulgación, resaltando la importancia de la UMA en el éxito de Málaga TechPark
Orgullo del doctorando
Tras la intervención del padrino, un emocionado Felipe Romera ha recogido de manos del rector el título, el birrete, el anillo, los guantes, la medalla y el libro de la ciencia que lo acreditan para formar parte del Claustro Universitario. Después de la ceremonial promesa de fidelidad leída en latín, el doctorando se ha mostrado muy agradecido hacia la Universidad, “una satisfacción íntima y personal que tengo en estos momentos y que no es posible transmitirla en palabras”.
Romera ha recordado sus primeros pasos en la UMA como profesor en la Escuela Universitaria Politécnica “para enseñar microprocesadores”. Años más tarde fue nombrado secretario del Consejo Social de la Universidad, una entidad que, según sus palabras, trabajó codo con codo con el Ayuntamiento de Málaga de Pedro Aparicio para sentar las bases del Parque Tecnológico.
Aplicando la teoría de las distintas olas de innovación de Silicon Valley, se plantearon los mimbres del PTA. Se crearon las ETSI de Informática y Telecomunicación en la UMA, acudieron expertos (profesionales y académicos) a la ciudad, se impulsaron las grandes empresas, se desarrollaron las spin-off, se erigió el edificio azul de institutos universitarios en la tecnópolis, vino la OTRI…. Todo ello creó un caldo de cultivo de innovación tecnológica que culminó con el acuerdo firmado en 2013 para establecer un catálogo de servicios conjuntos entre la UMA y el PTA para ofrecérselo a las empresas.
De esta forma se incrementaron las relaciones parque-universidad. El PTA se extendía a los terrenos de Teatinos y la UMA entró a formar parte del Consejo de Administración del Parque. Llegó el Rayo Verde, que, a juicio de Romera, “ha permitido una mayor permeabilidad entre los clusters del parque que trabajan en tecnologías digitales de la cuarta revolución industrial y la universidad en las tecnologías de inteligencia artificial, big data o ciberseguridad. Y ya en los últimos meses, la creación del Instituto Ricardo Valle de Innovación (InnovaIRV) y el Digital Eye.
“Con todos estos mimbres he trabajado durante los últimos 30 años para intentar desarrollar en Málaga un sistema virtuoso de innovación; el tiempo dirá si lo hemos conseguido”, ha concluido su discurso.
En Málaga comenzó el futuro en 1992
Sus palabras han dado pie al reconocimiento del rector, que ha rememorado el año 1992 y la imagen de un joven ingeniero llamado Felipe Romera mostrando, entusiasmado, su proyecto a las autoridades el día de la inauguración del Parque. “Hablaba a largo plazo de algo que no todos comprendían, porque en España hablar a largo plazo siempre sonó raro. Al término del acto alguien dio con la frase exacta. ‘En Málaga ha comenzado el futuro’”.
Narváez ha recordado los comienzos del PTA. “El Parque Tecnológico, como la universidad, no tuvo una infancia sencilla ni exenta de dificultades. El Parque creció entre el escepticismo de quienes creían que la implantación en el sur de España de aquel modelo del Silicon Valley era simplemente una idea utópica. Pero aquella utopía merecía ser considerada. Era posible. Entonces ya había en Málaga una universidad que comenzaba a desarrollar su perfil tecnológico. Y Felipe comenzó a diseñar un modelo único y desconocido en nuestro país, y, lo más difícil, un modelo al estilo Silicon Valley, pero en un entorno social, cultural y económico completamente diferente”.
“Se trataba de diseñar un futuro juntos –ha continuado-, (…) la Universidad fue al Parque y el Parque ha venido a la Universidad. Han pasado 30 años desde que se inauguró el Parque Tecnológico. En la Universidad de Málaga, a punto de cumplir su primer medio siglo de vida, hemos sido testigos privilegiados del crecimiento del Parque. Tres rectores y una rectora fuimos sintiendo su pulso, compartiendo sus avatares, no siempre fáciles. También sus éxitos. Y cada día, hemos encontrado un hombre no ya en la primera línea, sino en el mismo vértice. Ese hombre es Felipe Romera, su creador, aquel joven ingeniero de telecomunicación que con talento, intuición y diplomacia no solo era capaz de señalar el futuro con un puntero sino de hacerlo realidad”.
Figura
“Y no es casualidad que este año, en el que se cumplen 50 años desde la creación de la Universidad de Málaga, reconozcamos la figura de Felipe Romera, porque en el desarrollo de la universidad su figura también está presente”, ha añadido el rector, para quien “el proyecto compartido con el Parque nos ha permitido aprender sobre esa universidad diferente, apegada al entorno, ligada de forma estrecha con el sector productivo para buscar soluciones, pero también, para formar mejor los estudiantes, buscar oportunidades y formar ciudadanos emprendedores”.
El rector ha continuado ensalzado la figura del nuevo honoris causa asegurando que “Felipe Romera ha sido la persona adecuada en el momento adecuado. Tuvimos la fortuna de poder contar con él y tenemos la suerte de contar con él. Ha sabido ver el futuro, convencer e ilusionar; ha sido capaz de poner de acuerdo a todos, dentro y fuera de nuestro país, por su tesón, sus valores éticos y sociales, por estar convencido de una idea y por ser capaz de compartirla con generosidad, sin importar el quién y ni el dónde”.
Como conclusión, ha afirmado que “por eso estamos tan orgullosos esta tarde de que seas uno de los nuestros, porque nosotros nos sentimos uno de los tuyos”.